La verdad es que esto parece más bien un polígono industrial, pero se respira ciencia por todas partes. El frío es espantoso, nada como el buen calorcito madrileño.
Pero bueno ¿y el LHC qué? Pues no se sabe, está bajo tierra y supongo que no se puede visitar por aquello de la radiación (hint: las partículas cargadas emiten radiación sincrotrón al ser aceleradas), pero en uno de los múltiples papelotes que he ido acumulando a lo largo de la mañana dicen que existen varios cursos de seguridad, y uno de ellos incluye el famoso túnel.
Por lo demás, la gente aquí es muy maja, incluso un amable señor me transportó en su coche anoche (me debió ver cara de perdido). Todavía no he tenido la oportunidad de ponerme a trabajar en serio, pero parece que aquí nadie se está tocando las narices. Todos llevan un portátil y hablan de cosas raras.
En fin, que me parece que me va a gustar el sitio. De momento estoy alojado en el hostal del CERN desde donde os escribo. Edificio 38, habitación 533. Os dejo aquí una fotillo de un cacho de tubo que les debió sobrar y han colocado en frente de la entrada de la cafetería, donde he tenido el gustito de pasarme un rato largo durante la mañana. Ça va bien.
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